DOS MENTIROSOS
Le dice un amigo al otro ─ Inmaginate que hoy que anduve allá por los Estados, trabaje en un lugar donde siembran calabazas, y habían unas bien grandes... ¡Pero tan grandes que cabían diez camiones dentro de ellas!
─ ¿Ah si? ─ responde el otro ─ Yo también allá donde trabajé se hacen unos peroles de hierro tan grandes, que los martillazos que se dan en un extremo; no se alcanzan a escuchar en el otro.
─ ¡Ajá! ¿Y para qué ocupan esos enormes peroles de hierro? ─ preguntó el otro con curiosidad.
─ Pues para cocinar esas calabazas que tú dices ─ respondió el primero.
UN VASALLO MALCRIADO
A todos los sirvientes del palacio se les había ordenado hacer una reverencia al rey, cada vez que se llegara frente a él. Pero uno de ellos no acataba las disposiciones y nunca hacía tal venia al monarca. Disgustado el rey mandó colocar una regla de madera en la puerta, a una altura en la que necesariamente el sirviente tendría que agacharse para entrar ante él.
Pero el sirviente al llegar frente a la puerta y descubrir aquel obstáculo; dio media vuelta; y entró de retroceso hasta llegar ante su patrón.
EN EL BAILE
─ ¡Ay Martita! Cuando bailo con usted me siento como todo un pavo real.
Si don Lalo; ya lo había notado.
─ Ajá ¿Y en que me lo notó?
─ En que baila como chompipe.
AMANTE DEL TRABAJO
Estaba un amigo frente a una construcción, contemplando el movimiento de los obreros.
Se le acerca otro y comenta ─: ¡cuanta gente trabaja en esa obra! ¿Verdad?
─ Si. Hay bastantes trabajadores ─ responde.
─ Veo que te gusta el trabajo. Desde hace mas de media hora estas contemplando la obra ─ le observa el otro.
─ Ah. A mí encanta el trabajo. Yo puedo pasar horas enteras viendo trabajar.─ respondió el amigo.